Colorín colorado… 2014 se ha acabado pero NO el seguir leyendo


Acabo de iniciar el año y me es imposible no echar la mirada atrás para recontar los títulos de los libros leídos —en 2014— y valorar qué impacto y cuáles han dejado huellas en mi hábito de lector.

Seguir leyendo

Imagen: rennes.i

Mi propósito es seguir avanzando, seguir leyendo como de costumbre, marcar mis horas y sobre todo identificar los temas que me interesan. Una mirada previa a los títulos y a sus autores para tratar de comprender de qué escriben y cuáles son sus señas de identidad. Más que nombres me interesan temas. Será este un año de temas más que de nombres. Por supuesto temas cuajados de personajes que darán vida y sostén —en sus diferentes variables— en el abanico de las temáticas clásicas y las impuestas y nuevas de rabiosa actualidad.

He de confesar que por supuesto alterno la lectura de ediciones —presentes en mi biblioteca— de clásicos nacionales e internacionales junto a la de los autores actuales que aportan un nuevo aire renovador.

Me interesa en especial seleccionar en mis lecturas un ramillete de nombres de mujeres, autoras con una visión y enfoque personales de los temas de siempre y del hoy más rabioso. De interés obligado son los libros cuyos personajes reconstruyan no solo una historia en particular, sino que escenifiquen su entorno, el lugar donde viven o vivieron, pero sobre todo la identidad y las maneras de mirar al mundo. Tengo ya el calendario de lecturas y los nombres de las autoras seleccionadas y conocidas, de las que escribiré pero que, por mera discreción, omito hoy. Tiempo habrá para hacerlo. La lista no es arbitraria. Las escritoras que leeré saben mucho de hombres, tienen su punto. Quiero  libros que me impresionen o que me hayan gustado en los últimos años. Hay escritoras independientes que me las creo, que me emocionan. Sé reconocer el talento de algunas que me rodean. Sé asimismo que el blanco y el negro en literatura también existen. Y quizá por mi imperdonable carencia se me escape más de un nombre. Tal vez —si tengo tiempo y sigo vivo— acuda a ellas. Desde luego para leer he seleccionado solo lo que me produce sensaciones buenas y cuyos temas sean interesantes. Entiendo que apuntarse a otras etiquetas no es aconsejable. Es una pérdida de tiempo. Una historia sin nada que decir, sin nada importante que contar, solo produce asistir a una simulación de algo que puede ser estúpido, torpe, estomagante.

Esto es lo que haré yo.

Compartir

Acerca de Alejandro Cano

Me gusta el pensamiento conceptual. Filósofo y escritor. Novelista, ensayista, traductor y poeta. Este blog es una plataforma de intercambio de conocimientos, tus comentarios son importantes para ayudarlo a crecer y mejorar.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *